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  • Daniel Callejero

China y Estados Unidos: una relación de cine

Actualizado: 18 ene 2019


Imagen de María Ester

Cada vez pasa más a menudo. Vas al cine, entras en la sala oscura, ves unos cuantos trailers, que cada vez ocupan más tiempo en pantalla, todo sea dicho de paso, y empieza la película. Al observar los logotipos de las productoras, algo te llama la atención, son esos caracteres que a priori pueden parecerte extraños o incomprensibles. Son caracteres chinos.


¿Qué función tiene una productora de este país en películas tan americanas como Transformers o Misión Imposible?, piensas mientras el film comienza. La verdad es que estas alianzas cada vez son más habituales y responden a varios intereses por parte de las dos industrias. Pero antes de responder a las preguntas respecto a lo que ganan o incluso lo que pueden perder ambos países con estas operaciones hay que caracterizar el curioso sistema de exhibición chino, que poco se parece al occidental.


Para el ex corresponsal de Efe en el país asiático y actualmente en Ginebra, Antonio Broto, lo más destacable es que “hay una cuota limitada de películas extranjeras que pueden exhibirse al año en China”. Esta cuota establece el número de películas no producidas en China que se pueden ver en los cines locales. “Empezó siendo de sólo 10 películas anuales en los 90, se aumentó a 20 la pasada década y a 34 en la década actual (aunque 14 de ellas tienen que ser en formato IMAX o 3D)”. Para Broto, la razón de esta cuota y estas promociones está clara: “buscan proteger el cine local”. China no quiere que los americanos invadan sus taquillas y por ello pone un número restringido a las producciones extranjeras. Con esto buscan sencillamente que sus películas no acaben ocultas en la vorágine de estrenos americanos. Así se aseguran una buena fecha y cines disponibles para estrenar sus producciones.


Es obvio que el cine americano quiere penetrar en el mercado chino. Las películas de Hollywood son las más exportadas del mundo y no quiere que el país asiático sea una excepción. Además, hay que reseñar que, en el último año, la recaudación en el país asiático fue de 7,9 billones de dólares y en Estados Unidos y Canadá de 11,8. Es una distancia corta, que disminuye cada año, y Hollywood no quiere desaprovechar la oportunidad de introducirse en un mercado tan potente. Potente como para presentar la patriótica película Wolf Warrior 2 en el ranking de las 10 más vistas en el mundo. En concreto, la séptima con una recaudación de 870 millones de dólares, dinero conseguido casi exclusivamente en China. Potente como para salvar del fracaso a algunas producciones americanas, caso de Warcraft que hizo 47 millones en Estados Unidos y 213 en China. Esta es una de las primeras razones por las que Estados Unidos busca alianzas con este país. Si coproduces un film con una productora del país lo tienes más fácil para acceder a la exhibición que si te presentas con una película 100% americana.


Datos de boxofficemojo.com

Pero no basta con esto, Broto afirma que “todas las grandes distribuidoras de Hollywood tienen oficinas de representación en China que intentan vender sus películas en este inmenso mercado, ofreciendo como garantías desde su éxito de taquilla a sus grandes efectos especiales. La competencia es dura, por la mencionada cuota de filmes, aunque hay ciertos blockbusters que suelen tener asegurada su presencia en China, por ejemplo, las películas de superhéroes Marvel, que siempre tienen mucho éxito en el país”. Pero todo esto no es suficiente, la censura también es una amenaza presente y que los estudios americanos deben tener en cuenta. “Sí, hay censura, aunque no debemos olvidar que en Hollywood también hay mucha, aunque tenga otras formas. En China, básicamente, al ser la cuota de filmes extranjeros anuales tan pequeña, es muy fácil que películas con contenidos políticos o sensibles para China no entren en el reducido número de filmes exhibidos cada año en los cines chinos. Pero no sólo eso. A veces hay películas extranjeras que se exhiben con cortes en escenas sexuales”, señala Broto.


Hay temas directamente prohibidos de tratar


Para el investigador Giuseppe Richeri, esa es una de las desventajas para Estados Unidos ya que deben amoldar sus contenidos a la idiosincrasia china si quieren participar de la coproducción, lo que para el experto le puede restar visionados en los países occidentales. Pero los estudios deben de conformarse ya que, en el cine local, la censura es aún mayor: “hay temas directamente prohibidos de tratar, y además hay muchos directores o actores que han tenido problemas con las autoridades por dirigir o participar en películas mal vistas por las autoridades comunistas, lo que les ha costado años sin poder actuar o participar en festivales”.


Javier Zurro, redactor de cultura de El Español, nos aporta algunas claves curiosas sobre la censura en el país. “Hace un par de años Los Minions no pasaron la censura china, y tienen ciertas temáticas prohibidas, como los viajes en el tiempo, porque piensan que pueden ser aprovechados para criticar el comunismo desde su raíz”. Con esto, el gobierno chino quiere seguir promoviendo unos valores y comportamientos en línea con su ideología comunista y no está dispuesto a estrenar películas que hagan que la población se pueda cuestionar determinados asuntos. Además, las autoridades chinas promocionan el cine local mediante subvenciones u obligando a las salas a que exhiban de forma masiva dramas históricos sobre la civilización china. Todo esto a Broto le recuerda a lo que ocurría en el franquismo, cuando se promocionaban películas de talante religioso o épico.


Por el momento, hemos visto ventajas y desventajas para los americanos y puede parecer que los chinos no obtengan ni mejoras ni pérdidas en estas alianzas, pero esto no es así. Para Marta Medina, redactora de cultura de El Confidencial, “supone una forma de publicidad y de mostrar su poderío cultural. Por eso en los repartos se mezclan actores chinos con grandes estrellas de Hollywood. Y también es una forma de abrirse al mercado occidental, que normalmente es reacio a distribuir películas asiáticas”. Es, por tanto, una manera de intentar abrirse paso en el mercado de una manera capitalista, con producciones similares en cierta forma a las americanas, llenas de efectos especiales y fantasía, y poder mejorar la imagen de su cine y poder alcanzar una distribución normalizada que les permitiría, seguramente, alcanzar unas recaudaciones estratosféricas, para, así, superar de manera definitiva al mercado estadounidense.


Datos de The Hollywood Reporter y Variety

Al ser preguntados los periodistas especializados, su opinión es similar. Para Medina, “con la apertura de China al capitalismo, su empuje económico, social y político como país emergente, su peso demográfico (1.386 millones de personas) y el cambio de hábitos de consumo del público occidental (plataformas), es cuestión de tiempo que China sobrepase a Estados Unidos y Canadá como principal cinematografía a nivel de taquilla”. Para Zurro, “son dinámicas del mercado. Creo que son normales en una industria que mueve tanto dinero y que está tan preocupada de los resultados económicos. Además, el crítico añade una nota melancólica ya que “aunque en lo artístico produzca una simplificación del contenido, haciendo que todas las películas se parezcan entre sí, y tengan los mismos componentes. Las grandes producciones de Hollywood ya no son Casablanca, son Transformers enfocada al mercado chino”. Visto todo esto, la frase que se viene a la mente sería la de Rato: “Es el mercado, amigo”.


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